Yo no soy de dar consejos y menos en esto de la maternidad, porque es una época sumamente delicada donde las madres sobre todo tenemos la piel muy fina, y con razón. Pero porteo casi desde que me estrené en la maternidad y gracias a eso, a mi formación como asesora y al llevar más de tres años asesorando personalmente a familias, he adquirido una experiencia impagable.
Así que no puedo evitar recomendar el porteo, y no por de-formación profesional ni por sus múltiples beneficios sino porque, a pesar de que se puede empezar a portear en cualquier momento, para mi la sensación de llevar a mi bebé recién nacido tan cerca es incomparable.
Se que hay muchas mamás y papás reticentes a hacerlo porque la fragilidad del bebé recién nacido puede traducirse en miedo por todo, así que quiero transmitir lo bueno de hacerlo para desterrar un poco esos miedos y ver que no solo no es peligroso sino muy, muy recomendable.
Son muchos los beneficios de portear al bebé desde el nacimiento, y hablo como asesora de porteo pero fundamentalmente como madre con varios años de porteo sobre mi, lo que la experiencia y la crianza de mis hijos me ha demostrado, pero también la experiencia de muchas mamás y papás que han confiado en mi a lo largo de estos años para asesorarles.
EL RECIÉN NACIDO, DEL ÚTERO AL REGAZO
El bebé en la barriga de la mamá está en un entorno cálido, seguro, donde siente todos los ritmos vitales de su madre. El parto prepara al bebé para la vida extrauterina pero eso no significa que esté preparado para vivir independientemente de su madre: a pesar de lo que nos hayan intentado convencer a lo largo de varios años de desapego, el bebé necesita una vida extrauterina cuyo entorno más seguro, el que le proporciona todo aquello para su superviviencia, es el regazo de su madre. Alimento, calor, consuelo y seguridad.
Se puede decir que los humanos nacemos prematuros porque con la bipedestación nuestras pelvis se estrecharon, lo que provoca que la gestación sea más corta por el tamaño del feto a las 40 semanas, un parto doloroso -de ahí que una de las posiciones más favorecedoras para dar a luz sea precisamente a cuatro patas-, y que el bebé necesite una gestación externa en su entorno natural: su madre. Visto así, desde el punto de vista puramente biológico, el porteo no es una ventaja sino una necesidad del bebé.
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